ARQUITECTURA Y SALUD : La arquitectura como factor determinante para nuestra salud en casa.
Los Determinantes de salud* nos indican que el 80% de la salud de una persona se encuentra fuera del sistema de salud. El entorno (urbanismo y edificación) juega un papel fundamental en esta definición.
El término "exposoma" fue acuñado en 2005 por el director de la IARC* y hace referencia al conjunto de factores ambientales y de exposición a los que estamos sometidos desde que nacemos hasta que morimos. Son factores externos que tienen un impacto en nuestro genoma y salud, ofreciendo a los científicos un enfoque agnóstico para investigar las causas ambientales de enfermedades crónicas. (Fuente IS Global).
International Agency for Research on Cancer
IS Global - El exposoma
El diseño del entorno y la forma en que se construye determinan las actividades de la ciudadanía y el estilo de vida, influyendo directamente en la salud.
Cada vez hay más estudios que evidencian que la salud no está únicamente en los centros sanitarios, sino que forma parte de nuestra genética, estilo de vida y el entorno donde vivimos. Aunque no podemos cambiar nuestra genética, sí podemos adaptar los espacios para que sean ambientes saludables, especialmente aquellos en los que pasamos más de 4 horas al día, ya que tienen un impacto directo en nuestra salud.
Te Lancet Regional Health Western Pacific
The Lancet - Artículo sobre salud ambiental
La Organización Mundial de la Salud calcula que un 24% de la carga mundial de morbilidad y un 23% de la mortalidad son atribuibles a factores medioambientales. La alta contaminación a la que está expuesta la población se asocia con una amplia variedad de problemas de salud, como enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
El diseño y la construcción de espacios saludables
Numerosos estudios respaldan la idea de que la salud no solo depende de lo que encontramos en los centros de salud, sino también de nuestra genética, estilo de vida y, fundamentalmente, del entorno en el que vivimos. Si bien no podemos modificar nuestra genética, sí podemos crear espacios adaptados para garantizar ambientes saludables que favorezcan nuestra salud.
Factores como la luz natural, la temperatura adecuada, el confort acústico, la calidad del aire y el equilibrio electroclimático tienen un impacto directo en nuestro bienestar. Aquí te mostramos cómo lograrlo:
Comodidad visual: Aprovechar la luz solar para garantizar una iluminación natural en los espacios es esencial para el bienestar. La luz natural regula nuestro reloj biológico y mejora la percepción del espacio, contribuyendo al confort visual y, por ende, a la salud.
Confort térmico: Mantener una temperatura interior adecuada sin forzar los mecanismos termoregulares del cuerpo es crucial. Las temperaturas óptimas varían según el espacio, pero mantener una temperatura constante y confortable favorece la salud, sobre todo durante el sueño, cuando el cuerpo se regenera.
La sensación térmica debe ser cómoda, sin que el cuerpo tenga que intervenir en los mecanismos termoreguladores. Las temperaturas óptimas son:
Baño: 20-23ºC
Sala de estar: 18-22ºC
Cocina: 18-20ºC
Dormitorio: 15-17ºC
Las temperaturas bajas en el dormitorio favorecen la respiración profunda y son esenciales para la regeneración del sueño.
La humedad ideal en el hogar debe estar entre 40% y 60%. El exceso de humedad puede dificultar la respiración, causar fatiga, acumulación de calor, y aumentar los gérmenes en el aire, mientras que un ambiente demasiado seco incrementa la acumulación de polvo y puede causar sequedad en los ojos, la piel y disminución de las defensas.
Uso de materiales higroscópicos como madera, fibras naturales, arcilla, sin acabados plásticos.
Confort acústico: Los ruidos molestos pueden alterar nuestra concentración, descanso y salud mental. El diseño arquitectónico debe incluir estrategias para aislar y reducir la exposición a ruidos externos, creando ambientes acústicamente cómodos.
Calidad del aire: Una buena ventilación es clave para mantener un aire interior saludable. La correcta circulación de aire, la minimización de contaminantes y la gestión de la humedad son fundamentales para evitar enfermedades respiratorias y promover un ambiente limpio y fresco.
Condiciones de electroclima: El equilibrio iónico en el aire también influye en cómo nos sentimos en un espacio. Un exceso de iones positivos puede generar malestar, mientras que un ambiente cargado de iones negativos puede mejorar la percepción de bienestar y reducir síntomas como fatiga o dificultades respiratorias es generalmente más saludable.
Il.lustració: E.Silvestre. Guía FENERCOM